Empiezo este 2014
como lo acabé: escribiendo.
Día 1 de enero y
sin resaca. Algo está cambiando. Y la noche no fue corta precisamente. Los días
son para aprovecharlos. Ya hace tiempo que no pierdo mañanas (y tardes)
recomponiendo un cuerpo que ha excedido sus límites la noche anterior. De todo
se aprende, dicen; y en este sentido han sido demasiadas las lecciones a las
que he asistido. Las noches dejaron de ser lo que eran hace ya mucho. Ya no
busco amores de usar y tirar, ni compañeras de desayunos sin conversación, ni
pretendo cambiar sábanas por pieles desconocidas, ni un largo etcétera de
excusas que uno se quiere creer aunque no se las crea...
Algo está
cambiando; pero no de ahora, sino de hace mucho.
Una lista de propósitos
para ir cumpliendo. Sin prisa, pero sin pausa. Aún no sé cómo exprimirle más
tiempo al tiempo, pero conseguiré ralentizar los segundos y los minutos para
sacarles más jugo. Proponérselo es conseguirlo; y aquí estoy. Uno de los
propósitos será darle más continuidad a este blog. Con el día a día, con
relatos, con “vomitadas” de las mías, con poesía, con escritos perdidos en
libretas... de todo habrá para que el ritmo no pare. Esa es la idea. El año que
veremos si es cierto. Otro propósito es algo parecido, pero no lo compartiré
hasta que tenga algo de forma.
© TOni CerVera, 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario