Hay días que son demasiado largos y al mismo tiempo demasiado cortos. Demasiado largos porque has acumulado demasiadas cosas a las que debes poner fin, y demasiado cortos porque ello te ha robado tiempo para ti.
Tiempo para uno mismo. Uno de los mayores regalos que podemos hacernos. Al que no está acostumbrado, ésto le aterra. Sabe que tiempo para uno es escuchar lo que se tiene que decir, y no nos enseñan a entender lo que nos tenemos que decir.
Hoy me decía a mi mismo que hay guerras en las que uno resulta implicado sin querer. O más bien queriendo porque si mirases hacia otro lado ni te darías cuenta de lo que está pasando. Para mi eso es antinatural. No forma parte de mi apartarme sin más. Pero un día piensas que estás demasiado cansado para seguir luchando... Entonces recuerdas que esas luchas absurdas contra son las que te hacen sentir vivo. Es absurdo amar porque vas a sufrir, no? Pues entonces debería ser absurdo vivir, pues también vas a morir.
Hoy he puesto mi granito de arena en construir algo mejor. Y mira que un granito de arena es minúsculo e insignificante. Pero recuerdas aquella duna gigante que viste, y te das cuenta que la suma de todos esos granos de arena hacen que esa maravilla exista.
El eco que sonaba en casa es un descubrimiento de hace mucho tiempo. Pero me sigue encantando como el primer día. ¿Porqué? Porque decidí que olvidaría cualquier cosa que hiciera desencantarme.
Mañana más. Que la noche es corta pero intensa en sueños.
Feliz despertar mi gente.
http://www.youtube.com/watch?v=L3r24YoF1Vw&sns=em
© 2013 TOni CerVera
No hay comentarios:
Publicar un comentario