martes, 12 de marzo de 2013

Mis 7 Pecados Capitales. 12/03/13


Quiero que sepas que hoy me he sentenciado al Infierno. Porque hoy he pecado. Y no me ha bastado con uno sólo, sino que los he cometido todos. Sin quererlo pero sin reprimirme. Sin importarme pero disfrutándolos. Por ti, sólo por ti; por nadie más. Los siete Pecados Capitales de un plumazo. Una sentencia irrevocable que acepto de buen grato. Prefiero arder eternamente a reprimir lo que siento. Porque lo siento y me da igual lo que tú sientas. Y la culpa fue de tus ojos. Y también mía por mirarlos y ver a través de ellos. O imaginar que veía a través de ellos. Esa mirada me ha sentenciado. Y yo me he dejado.

He cometido lujuria al imaginarnos. Te he desnudado con la mirada y he imaginado cada poro de tu piel. Tú has encendido cada uno de los míos tan sólo con tu mirada. Nos hemos fundido en una eclosión de placer. Hemos recorrido cada uno de nuestros rincones más íntimos hasta que hemos ardido más allá del cielo y del infierno. Y he dibujado en ti las sendas que llevan al nirvana carnal. Y no me canso de dibujar. 

He cometido gula al comer de tu cuerpo y beber de tu boca de forma irracional. Mi sed no la apaga el agua, sino tus labios. Mi hambre no la sacia la comida, sino tus carnes. Y no hay ración de ti que me sacie. Quiero más, mucho más. No hay beso que sea lo suficientemente largo para apagar esa sed. Ni centímetro de tu cuerpo que no quiera comer una vez más.

He cometido pereza al dejarte ir. Me ha invadido la acedia al notar tu ausencia. Una apatía descomunal por cualquier cosa que no seas tú. Si por mí fuera ni el corazón latía en tu ausencia.

He cometido ira contra el mundo, el tiempo y el lugar. Ira contra el mundo que nos distancia. Ira contra el tiempo que no nos deja coincidir. Ira contra el lugar en que no nos encontramos. Un sentimiento de odio descontrolado que me ahoga por dentro al no poderte sentir.

He cometido envidia por el aire que puede acariciarte en cualquier momento. He cometido envidia por aquellos que pueden disfrutarte en otros lugares. He cometido envidia por las estrellas que te ven cuando cae la noche. No dejo de tener envidia al mundo por el que paseas.

He cometido avaricia por quererte sólo para mí. No quiero que un solo pedazo de ti sea de nadie más. Lo quiero todo para mí, para nadie más.

He cometido soberbia al tenerte junto a mí. Desvaloro al mismísimo Lucifer cuando estas a mi lado. Nada puede haber más grande que Yo en ese instante. Ni nadie.

Enfermizo, lo sé. Por eso las puertas del Infierno me esperan abiertas de par en par. Por ti. Por tu mirada. Por lo que imagino.

© 2013 TOni CerVera



No hay comentarios:

Publicar un comentario