martes, 6 de agosto de 2013

En tren. 19/03/13.

Volviendo a casa en tren. Esos cortos viajes que tanto me gustan. Hipnótico el sonido de las ruedas sobre los raíles. No escucho música, prefiero la banda sonora de la realidad. El vaivén del vagón me traslada a épocas de cuna. Relajante movimiento que actúa como potente somnífero. Personas que suben y bajan en cada estación. Yo me subí en la primera y me bajaré en la última. Hora y poco de paseo. El paisaje es inexistente. Parte transcurre en túneles y el resto entre paredes de hormigón.

Alguien observa como escribo; debe parecerle raro. Hoy en día no es usual ver personas con libreta y bolígrafo empapando de palabras hojas en blanco. Se percata que me doy cuenta y disimula. Yo sonrío. Ella también.

Miro de reojo y observo con intención de no ser descubierto. Amplias gafas de negra pasta enmarcan unos grandes y expresivos ojos. Su piel denota juventud, y sus ojeras cansancio. Está estudiando y escribiendo notas en unos coloridos apuntes. Yo a su edad también estudiaba; a veces. Sonrío con mi pensamiento.

Cada cual en el vagón mata o entretiene el tiempo a su manera. Unos están absortos en la lectura de (deben ser) interesantes libros (pues sus caras muestran sed de avanzar en la historia). Otros recuperan el sueño que han perdido durante la noche. Otros miran por las ventanas con la mirada perdida en algún punto del paisaje que no existe y pasa a gran velocidad. Sólo yo escribo. Sonrío de nuevo.

No recordaba las estaciones donde hace parada este tren. Y creo que no las recuerdo porque no son dignas de ser recordadas. Uno sólo recuerda aquello que le aporta alguna cosa, como en la vida. Y aunque me encanta viajar en tren y empaparme de esos viajes, este trayecto es estéril y siempre lo ha sido.
Excepto una vez hace muchos años, que lo hice con la princesa que habita en mi corazón. Aquél si fue un viaje estupendo.

La libreta llega a su fin, aunque no el viaje. Un rato para disfrutar del vaivén con los ojos cerrados.
Otra libreta para el montón de libretas llenas de pedazos de una vida cualquiera.

© 2013 TOni CerVera


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